martes, 17 de febrero de 2015

Opinión: Las razones de necesidad como motivación

,
Educación en Singapur
En Finlandia hubo un proceso de transformación partiendo de la creciente conciencia de necesidad para poder revertir la crisis del ´60 y ´70 en el país. Y fue la conciencia de necesidad la que ayudó a replantearse cuales eran en realidad sus riquezas; la conclusión fue no tan obvia para el resto del mundo: la gente. 
La gente puede aprender y puede sacar a flote lo que puede entregar, es la suma de gotas la que hace al mar. 
Hoy vemos que la educación afronta el desafío del crecimiento social y su desarrollo, pero aún no estamos "con-vencidos" de ésta necesidad. Seguimos queriendo apostar en todo y a la vez en nada.

Aún estamos lejos de las aulas digitales, del trabajo cooperativo, del reconocimiento de capacidades individuales, y esto se da por la primer carencia de todas: la falta de visión. Falta poder reconocer que lo que entrego con mezquindad lo sufriré a futuro con la creciente desconfianza, autosuficiencia e individualismo social.
Crear mentes abiertas, creativas y de conciencia ciudadana, exige aprovechar el conocimiento no como caballito de batalla sino como modelo presente del futuro que espero ver concretado con cada acción mía, propia, apropiada.

¿Sentirse parte de lo que me aparta?


Recientemente hemos visto desarrollarse el proceso de construcción de la ley educativa de la Provincia del Neuquén que intenta alinearse a un proyecto nacional común, cuyos rasgos políticos bien acentuados garantizan el apoyo a políticas nacionales subsidiarias. Pero aún así seguimos  a la expectativa de lo que pueda pasar con la escuela. Si me siento espectador es porque aún no puedo ver que sea parte de éste proyecto. Puede ser que en gran parte sea mi parte la que falta, puede ser en parte que la gran parte no me incluya.

Lo que queda por dar


¿Qué nos queda por garantizarle a nuestros niños y jóvenes? Nos queda dar esperanza, horizonte, coraje, miradas válidas de una sociedad en democracia, del "tu voto cuenta" (no sólo lo que digo yo). También nos resta compartir la necesidad: ésto falta, esto no es propio de lo democrático, ésto es lo que podemos hacer vos y yo; ésto es lo que podemos sumar y aquello lo que debemos reclamar y reclamarnos. A cada derecho le sigue una obligación, que más que legal es un compromiso personal siguiendo la norma de construir una nueva historia.
Convenciéndonos de la necesidad de crecer y ver que, aunque yo no esté de acuerdo, las personas crecerán y es nuestro deber acompañar ese crecimiento. Mi aporte, que no es negligente, dará razones para convencer a otros de la necesidad. 
No nos tiene que asustar lo que falta, nos tiene que motivar. Tenemos que enseñar a ver lo que necesitamos, que por lejos lo material es lo ínfimo; el problema es cuando salimos a la calle y nos olvidamos de llevar con nosotros la mochila de lo aprendido en la escuela y cuando entramos a la escuela dejamos en la puerta de entrada a la calle y a la familia y no los invitamos a pasar.
Basta con recordar que hace poco más de una década atrás había sido elegida como presidenta barrial a la mismísima directora de aquel momento, de éste mismo Centro: un modelo que nos sigue inspirando a participar, a sentirnos parte de la necesidad. Si no puedo ver la necesidad no puedo ayudar, porque no entiendo finalmente cuanto duele estar acá o allá. Soy un extraño en mi propia casa. Hay necesidades insatisfechas y creo erradamente que todo sería distinto sino tuviese zapatillas nuevas. Pero eso no es más que un factor sentimental, de autoestima materialista. Lo que necesitamos es aquello que no sólo cubra los pies sino también al ambiente que queremos sostener, en el que queremos vivir juntos.
No sólo podemos reconocer (y la de muchas otras buenas personas) la tarea de la profesora Susana Ramírez, quedándonos con una mirada autocompasiva y melancólica de lo que dió una vez ésta valiosa personalidad que enriqueció en su momento a muchas vidas, más allá de las habladurías, enojos, frustraciones, que quizás también ella tuvo que padecer, sino que hoy también afrontamos la misma lucha en nuestra escuela y en todas las instituciones públicas, pero junto a una vocación que nos distingue: educar, dar a conocer, acompañar, y sería verdaderamente genial que nos reconozcan como aquellos que escuchan, que comprenden de las necesidades ajenas, y nos ganemos el respeto histórico de los que han hecho algo por muchos.    

Es difícil, enseñar a ver la realidad y la medición de los fenómenos naturales, la organización social, la explicación provisoria de la historia, con la expectativa de que suceda aquí como pasa a más de 10.000 kilómetros, porque nunca pisaremos ese suelo.
Si nos asustamos de nuestro suelo nos escondemos, pero si la necesidad nos motiva a superar los temores salimos al frente no sólo del aula sino del mundo y así motivamos a otros a crecer como ciudadanos de un único planeta habitable, con conciencia y con ciencia. 

Prof. Mauricio Comolli

0 comentarios to “Opinión: Las razones de necesidad como motivación”

 

CPEM#3 Zapala Copyright © 2011 -- Template created by O Pregador -- Powered by Blogger Templates